Ficha Técnica
Título
Original: Wild at Heart
Título:
Corazón SalvajeDirección: David Lynch
Guion: David Lynch
Producción: Steve Golin, Monty Montgomery, Sigurjon Sighvatsson
Dirección de Fotografía: Frederick Elmes
Dirección de Arte: Patricia Norris
Montaje: Duwayne Dunham
Música: Angelo Baladamenti
Intérpretes: Nicolas Cage, Laura Dern, Diane Ladd, Harry Dean Stanton, Willem Dafoe, Sheryl Lee, Sheryl Fynn
País: Estados Unidos
Año: 1990
IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0100935/reference
Lula:
“Todo este mundo es salvaje en el corazón y extraño en la cabeza”
Lula:
“Ese Johnnie es un detective inteligente, ¿sabes cuán inteligente?"
Sailor:
"¿Cuán?"
Lula:
“Él me dijo una vez que puede encontrar un hombre honesto en Washington”
Bruja
Buena: “No le des la espalda al amor, Sailor”.
Bobby
Perú: “Canta, no llores”
Con
Blue Velvet (Terciopelo Azul) de 1986, David Lynch encontraría de nuevo su
camino, reafirmaría su estilo y dejaría de lado las malas sensaciones que le
provocó la realización de Dune de 1984; dando paso a Wild at Heart (Corazón
Salvaje) cinta que está más emparentada y cercana al estilo de Blue Velvet,
Lost Highway de 1997 o Mullholland Drive de 2001 que a sus primeros trabajos,
sin perder muchas características vistas en ellos también. La película fue todo
un éxito en su estreno de 1990, ganando incluso la Palma de Oro en el festival
de Cannes de ese año presidido por Bernardo Bertolucci, a pesar de que no es la
mejor película del realizador, está inmiscuida en el corazón de sus más fieles
seguidores.
El
argumento se centra en la pareja compuesta por “Sailor” (Nicolás Cage) y “Lula”
(Laura Dern), quienes parten en un viaje en auto de huida y reconocimiento por
Estados Unidos, perseguidos por un asesino contratado por la madre de ella y en
medio de un amor idílico y que los une fuertemente, en una historia que tiene
lugar en un tiempo largo y prolongado para sus personajes y sus intenciones. La
madre de “Lula”, intentará entonces a toda costa separarlos y que su hija se
quede a su lado.
Lynch
narra una historia lineal, entendible fácilmente dentro de lo que se ve por la
superficie, pero que posee una carga significativa en las acciones de sus
protagonistas, en elementos simbólicos como el fuego o en aspectos surreales
que el realizador sabe mezclar muy bien con lo cotidiano. Como el propio Lynch
afirma, debajo de la historia superficial que se cuenta en un producto
audiovisual, debe haber elementos subconscientes, compuestos de significados no
necesariamente entendibles o explicativos y que aportan a reforzar esa historia
con mucha profundidad. El realizador se basa en sus experiencias cuando era
niño y adolescente, cuando debía mudarse contantemente y donde conoció Estados
Unidos de forma muy cercana, para crear esta Road Movie personal, acelerada,
exagerada y violenta.
El
guion escrito por el propio Lynch, basado en el libro de Barry Gifford, posee a
su vez toda una serie de contenidos metafóricos y de un trasfondo que va más
allá de cada personaje o situación planteada. Primero que todo, están las
referencias continuas a la película de 1939 The Wizard of Oz (El Mago de Oz) de
Victor Fleming (y George Cukor, Mervyn LeRoy, Norman Taurog y King Vidor –sin
crédito en ella-) y que soportan también la misma trama que se cuenta en
Corazón Salvaje como si fuera una versión bizarra del clásico infantil, donde
pareciera que en lugar de que la historia se centrara en un sueño (En el Mago
de Oz por parte del personaje de “Dorothy”), en este caso se mutara a una
pesadilla. Dentro de dichas referencias se puede encontrar entonces: La bola de
cristal que aparece en plano cerrado, donde una mano (de bruja) acaricia ese
elemento visualizador, observando dos veces (una al principio y otra hacia el
final de la película) lo que está sucediendo con la pareja protagonista, siendo
una indicación de que la madre de “Lula” llamada “Marietta” (Diane Ladd) es
quien está vigilándolos, en apología a la “Malvada bruja del Oeste”; cuando “Marietta” se pinta con el pintalabios
de rojo, también es un recordatorio de la apariencia de la “Bruja de Oeste”,
aunque en ese caso era de verde; “Lula” constantemente ve la imagen de dicha
bruja volando en su escoba, personificada con la imagen de “Marietta”; el perro
que menciona el personaje que interpreta Jack Nance, es referencia a “Toto”, el
perro de “Dorothy”; cuando “Lula” menciona que ambos se salieron del camino
amarillo (referencia al camino de ladrillos amarillos) y posteriormente
“Sailor” dice que quiere corregir lo sucedido y volver al camino, resulta un
elemento que indica los deseos que tienen ambos (primero ella y luego él) de
mejorar, de cambiar y corregir sus vidas; cuando “Lula” acaba de pasar una
experiencia traumática con “Bobby” (Willem Dafoe), se golpea los tacones (como
lo hacía “Dorothy” al final de la película) como queriendo que nada de lo que
está viviendo hubiese sucedido, con un deseo profundo y arrollador de alejarse
de esa pesadilla en la que se encuentra, pero a diferencia de El Mago de Oz,
cuando los choca no pasa nada (algo más cercano a la realidad); de la canción icónica “Over the Rainbow” que
cantaba Judy Garland, hay una indicación a ella cuando “Lula” dice (de nuevo
con deseos de querer cambiar todo) que quiere estar del otro lado del arcoíris,
expresando frustración con lo que
siente; cuando ambos personajes hablan sobre el primo de “Lula”, “Sailor” le
dice a ella que él debió haber ido donde el “Mago de Oz” para que le diera
algunos consejos, ella responde: ”lástima que no todos podemos hacerlo, bebé”;
cuando “Sailor” y “Lula” llegan a Big Tuna, él se refiere al lugar como “no es
ciudad esmeralda” (la ciudad en la que vive el “Mago de Oz”); la “Bruja Buena”
también aparece en Corazón Salvaje, personificada por Sheryl Lee y ayudándole
en una visión a “Sailor” para que “no le dé la espalda al amor”; los zapatos
puntiagudos que lleva en una escena el personaje de “Marietta”, son similares a
los que lleva la bruja que aplasta “Dorothy” cuando llega a Oz; en su parecido
a la “Bruja del Oeste”, el hecho de que “Marietta” envíe dos personajes
distintos a por su hija y su novio, son elemento similar a cuando la bruja
manda a los monos con alas a tratar de impedir que los protagonistas logren sus
objetivos y se salgan con la suya; y, al final cuando “Lula” le echa líquido a
la fotografía de “Marietta”, ella se empieza a derretir, es vencida como la
“Bruja del Oeste”. Es así, que la base de esa reminiscencia a la película de
1939, radica en los deseos de mejorar y madurar, de seguir por un camino recto
(que es un objetivo difícil de lograr para los protagonistas y deben sufrir
mucho para llegar a él), en busca de llegar a una vida mejor, sin perder nunca
el sentimiento de amor en medio del mal, el cual los acecha y que se puede
vencer precisamente con el amor.
Los
significados de distintos elementos del guion, van en concordancia con lo que
sucede con “Sailor” y “Lula”. El fuego está presente durante toda la película,
ya sea en encendedores, fósforos, antorchas o incendios, algo que representa la
intensidad de “Sailor”, el fuego que lleva por dentro y que lo hace comportarse
de manera violenta; es además, un símbolo de un recuerdo tormentoso para “Lula”,
ya que su padre murió quemado por queroseno; recuerdo que tiene que ver también
con “Sailor” y que está presente en los créditos iniciales. Los colores son muy
importantes para el cine de Lynch, son un personaje más, un elemento que
expresa mucho y que en este caso hace referencia a lo que sienten los
personajes. Dichos colores por ejemplo son utilizados en transiciones,
propuestas desde la edición estratégicamente en las escenas de sexo y en la
escena del “baile”; prima claro está, el
color rojo que se refiere al mismo tiempo a la agresividad y fuerza de
“Sailor”, a la pasión y amor extremo que se tienen ambos personajes, a la
sangre propia de los actos violentos e instintivos de “Sailor” y otros
personajes y al labial con el que se pinta la cara “Marietta”, que no es parte
de una transición en este caso, pero que se usa en un momento en que ella está
arrepentida por lo que le hizo a “Johnnie” (Harry Dean Stanton), sabiendo que
él está a punto de morir. En las transiciones aparecen también colores como el
amarillo, el verde o el azul, que se refieren a la cantidad de sentimientos que
va experimentando especialmente “Sailor”. Hay dos ocasiones en las que aparecen
accidentes de tránsito, y la primera de ellas surge de repente cuando “Sailor”
y “Lula” van en su auto, momento clave en la película y que sirve como
anticipación de lo que les puede pasar a ellos, de que empiecen a pensar (sobre
todo “Lula”) en las consecuencias de lo que están haciendo y que la muerte sea
un elemento cercano a ellos y que los puede separar. Ese “Fuck You” escrito
atrás del letrero de Big Tuna, está dirigido, posiblemente a “Sailor”, que
lleva a la perdición y a una especie de limbo (el pueblo) a “Lula”, quien
sufrirá enormemente allí.
El
realizador se inspira de “la cosa que está en el aire”, a la que se refiere
como motivadora de ideas y escribe unos personajes únicos, que no desentonan
con su estilo (por el contrario, ayudan a reafirmarlo) y son más que
particulares. “Sailor” es un hombre instintivo, acelerado y que no toma buenas
decisiones. El personaje va por la vida sin importarle las consecuencias y con
una filosofía y unas creencias remarcadas e inobjetables; su relación amorosa parece
hiperrealista, algo falsa o demasiado “perfecta”, pero es una relación que es
lo único en su vida que resulta provechoso y que lo hará querer cambiar hacia
el final. Es un hombre que ama la
música, especialmente a su ídolo Elvis (quien incide en la manera de moverse),
donde surge como elemento narrativo la canción “Love me Tender”, que adquiere
un nuevo significado en la película, representa el matrimonio, por lo que al
final no es necesario que él se le declare de forma convencional o explícita a
“Lula”, bastará solo con cantar dicha canción. “Sailor” mira en dos ocasiones a
la cámara rompiendo la cuarta pared cuando está en la cárcel en las dos
ocasiones (de forma curiosa, pasa más tiempo encerrado por robo que por
asesinato), como lo hace en un momento “Marietta”, quizá sintiéndose observado
por el espectador que le recrimina sus actos y él sabe que está pagando por
ellos. En este personaje radica también lo bien estructurado que está el guion,
ya que en él es que se nota la transformación o el arco, donde pasa de no
importarle nada y ser un hombre violento y frio, a un padre y novio que descubre
una “valiosa lección” referente a su vida y al amor; y en suma a los demás
personajes, que son creados tridimensionalmente de forma estupenda. “Lula” es
una mujer de apariencia tontarrona y estereotípica, que es bella y se enamora
del sujeto equivocado; pero en el fondo posee unos pensamientos a la vez
extraños y significativos, relaciones con el mundo que ella ve a su alrededor
(como ese sentir ambientalista que posee y su preocupación con el futuro de la
tierra), un mundo oscuro, tétrico y del que ella quiere huir o por lo menos,
ignorar (escena de la radio en el auto). Su amor por “Sailor” es supremo,
irreal, idílico y al final se da cuenta que no le trae cosas buenas. Ella tiene
un trauma de cuando era pequeña, su tío la violó, y ese hecho la atormenta sin
cesar, reapareciendo de forma cercana con el personaje de “Bobby” (uno de los
personajes inolvidables del cine de Lynch, reminiscente al “Frank” de Blue
Velvet).
Aparecen
también, por supuesto, elementos surreales, que como ya se expresó, se mezclan
con una historia y unas situaciones cotidianas, más reales. Lynch en múltiples
ocasiones utiliza estos elementos como anticipación a lo que está por venir en
la historia, aunque el significado de esos elementos son casi que
imperceptibles y requerirían de una explicación, la cual el realizador no da
nunca (y no es necesario); con excepción por ejemplo de Twin Peaks: Fire Walk
with Me de 1992, película que continua la serie Twin Peaks y que muestra hacia
el inicio a un personaje femenino y bizarro que aparece con movimientos
extraños, que no habla y que por peculiar ocasión, el personaje de Kiefer
Sutherland se encarga de descifrar, comenzando a explicar qué quiso decir con
cada movimiento que hizo. En Corazón Salvaje aparecen personajes de ese tipo
surreal, que interactúan con los personajes principales y secundarios y no
queda mucha certeza de lo que representan o de lo que están tratando de anticipar
para ellos; por ejemplo aparece una mujer moviendo las manos en un bar en el
que está “Johnnie” y “Marietta” mientras el fondo en el que está se torna negro,
o el hombre que se sienta junto a un personaje (interpretado por Freddie Jones)
que tiene una voz aguda e infantil, también el extraño hombre que se acerca preguntando
algo a “Lula” cuando han capturado por segunda vez a “Sailor” y que intenta
hacerla reaccionar con golpes en el suelo y con sus manos; o el simple hecho de
que “Sailor” comience a cantar en el “baile” o al final, interpretando dos
canciones de Elvis, haciendo que todo lo demás “desaparezca”, centrándose en solo
en ellos, donde el mundo a su alrededor se detiene.
Surgen
entonces los aspectos recurrentes entre esta película y las demás obras del
director, algo que hace parte de su marca personal y que está plagado de pequeños
y grandes detalles. Elementos como el plano del auto, realizado poniendo la
cámara en el mismo y encuadrando a los dos personajes y con las calles de fondo
(que se puede ver por ejemplo en Blue Velvet); el plano cerrado del rostro (los
ojos) de una mujer, visto por ejemplo en The Elephant Man con la mamá de “John
Merrick” o en la “chica del radiador” de Eraserhead y que en este caso se
centra en los ojos de “Lula”; la deformación y el interés y obsesión de Lynch
por ella (“John Merrick”, “Bebé” en Eraserhead, Antagonista de Dune de 1984,
entre muchos otros), se nota en la escena en que “Sailor” se mira su reflejo,
que lo deforma y sirve para que él se dé cuenta de esa forma malévola que posee
y que no lo ha llevado a tomar decisiones correctas, con lo que se empieza a
arrepentir de todo; Y el hecho de que el personaje de “Sailor” se preocupe
tanto por la música, es un elemento recurrente y propio de los personajes de
Lynch, de él mismo y de su mundo narrativo, así como la presencia de un
cantante en el reparto como ya sucediera con Sting en Dune, en esta ocasión
aparece John Lurie (recordando sus apariciones en las cintas de Jim Jarmusch); la
propia carretera es un elemento recurrente, visto en Blue Velvet y más
importante aun en Lost Highway, con el uso de un plano además, en movimiento y
que muestra las líneas pintadas en el asfalto; las cortinas se pueden notar en
el bar en el que están “Marietta” y “Johnnie”, algo que es reiterativo en muchas obras del realizador;
el amor por la década del cincuenta de Lynch, que en la película se insinúa con
la misma música, con el rock (que escucha por ejemplo “Johnnie” en su auto) o
con el personaje que escucha radio en la gasolinera en la que se detienen
“Sailor” y “Lula”; el sexo como elemento repetitivo, importante y obsesivo para
sus personajes; y, los actores recurrentes, como Jack Nance, Freddie Jones, Isabella
Rossellini o los que serán desde aquí en
mayor o menor medida, como Laura Dern, Sheryl Lee o Sherilyn Fenn.
Hay
un una inmersión a un estilo de películas, además de la Road Movie, que se
centran en una pareja romántica que tratan de escapar o están en un viaje, y
uno de los dos o ambos están metidos en problemas, adentrados en una vida
criminal; por lo que surgen referencias e influencias como: They Live by Night
de Nicholas Ray de 1948, Bonnie and Clyde de Arthur Penn de 1967, Badlands de
Terrence Mallick de 1973, y las posteriores Natural Born Killers (Asesinos Por
Naturaleza) de Oliver Stone de 1994 o Sightseers de Ben Wheatley de 2012 (ver
24 Cuadros Por Segundo edición # 7). Esos dos personajes que indican amor, se ven
envueltos en un extraño contraste, donde además de ese sentimiento reflejan
violencia, explícita y exagerada como el estilo mismo de la película (similar
al que recurre el cine de los hermanos Coen), con un rimo narrativo acelerado,
como lo expresa el propio Lynch cuando se refiere a la película: “todo está
extrapolado, no hay balance, hay extremos”.
Las
actuaciones son esenciales para el éxito de la película, y no solo es por los
personajes, sino por el buen casting que realiza Lynch y su escogencia
apropiada para cada personaje. Nicolas Cage estaba en un década que se mantiene
como su mejor hasta el momento, en cuanto a desempeños actorales se trata, ya
que fue en la que ganó un Oscar y participó en películas como Wild at Heart, de
relevancia y en comparación bastante mejores que en la mayoría de las que participa
en la actualidad. Su interpretación rebosa la sobre actuación intencionada,
acorde con el mundo en el que viven sus personajes y el estilo visual que se
maneja. Cage sugirió la idea de llevar su propia chaqueta (en homenaje a Marlon
Brando en la película The Fugitive Kind de Sidney Lumet de 1960), la cual le
dio después de la grabación a Laura Dern, debido a que los padres de ella
actuaron en un montaje de la obra “Orpheus Descending” de la cual se adapta la
película mencionada y que está escrita además por Tenesse Williams, familiar
lejano de Dern. Laura Dern se convierte en una actriz fetiche para Lynch,
cambiando drásticamente su personaje de Blue Velvet y mostrando correctamente
el sufrimiento, la frustración, el amor y la impotencia de su personaje. Willem
Dafoe, hace un personaje memorable, su trabajo se transmite al espectador y
crea una conexión (más de odio, que de empatía) por la que no importa que
aparezca corto tiempo en pantalla, sino que importa la marca que deja la
presencia de su personaje. Diane Ladd, madre en la vida real de Laura Dern,
impacta con su papel de “Marietta”, dejando un disgusto inmediato por su
personaje y ejerciendo de una muy correcta antagonista, que expresa sufrimiento
y odio profundo al tiempo.
La
musicalización refuerza ese sentir exagerado y el ritmo agresivo y potente de
las imágenes, y no es otro, sino Angelo Baladamenti (habitual desde Blue Velvet
en los trabajos de Lynch) quien le da esa importancia a la música que utiliza
(con canciones de rock, clásicas o incluso más fuertes –metal-), con una
sensación también a los cincuentas (él también siente pasión por esa época como
el director) y esas melodías se utilizan de manera shockeante, incluso poco
convencional en ocasiones, en conjunto con las imágenes y la edición. Y es ese
trabajo de montaje, que aporta el dinamismo y la rapidez de las situaciones;
una edición que en ocasiones recurre al montaje paralelo entre determinadas secuencias,
haciéndolo de forma magistral. La edición toma importancia también, debido a
que aparecen variados flashbacks en la película, ya sean de anécdotas de los
personajes o de hechos que los marcaron en el pasado. Todo en compañía de una
fotografía prolija, estilizada y de la que se puede rescatar por ejemplo el
paneo circular del final de la película, donde aparecen los créditos finales.
Corazón
Salvaje entonces, posee una infinidad de detalles que la hacen sobresalir, aunque
en conjunto no sea algo tan armónico, conteniendo variadas y distintas
connotaciones que pueden surgir a partir de cada situación y provocan que esta
película sea una de las importantes del cine de Lynch, con toques más modernos
y teniendo como base el impacto sonoro, visual y metafórico que dejan sus
personajes y sus actos, en medio de un mundo en deterioro, que es como Lynch ve
el mundo real.
Trailer
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