Se une un nuevo escritor/colaborador: Santiago Andrés Gómez Sánchez., finaliza el Enfoque Selectivo en el realizador Brad Anderson, comienzan nuevas secciones como "Plano x Plano/Diente x Diente" (Clásicos), "Melodías de Cine" (Cine Musical) y "La Loca Historia del Cine" (Comedia); además de las secciones ya conocidas con géneros como: Drama, Cine Negro, Terror, Documental, Giallo, Slasher, Adaptaciones cinematográficas y muchas más.
Título:
El Increíble Hombre Menguante Dirección:
Jack Arnold Guion:
Richard Matheson Producción:
Albert Zugsmith Dirección
de Fotografía: Ellis W. Carte Edición:
Albrecht Joseph Actores:
Grant Williams, Randy Stuart País:
Estados Unidos Año: 1957
Más allá de la imaginación... una aventura dentro de los desconocido
Scott: “Me sentía
débil y absurdo, un enano ridículo. Es bastante fácil hablar del alma y del
espíritu y del valor existencial, pero no cuando mides tres pies de altura. Me
odiaba a mí mismo, a nuestro hogar, a la caricatura que se había convertido mi
vida con Lou. Tenía que salir de allí. Tuve que escapar”.
Scott: “Yo continuaba
encogiéndome… convirtiéndome… en ¿qué? ¿El Infinitesimal? ¿Qué era yo? ¿Todavía
un ser humano? O ¿yo era el hombre del futuro? Si había otras propagaciones de
radiación, otras nubes viajando a través de los mares y continentes, ¿podría
haber otros seres que me siguen a este vasto y nuevo mundo? Tan cerca el
infinitesimal y el infinito. Pero de repente, supe que esos eran realmente los
dos mundos del mismo concepto. El increíblemente pequeño y el increíblemente
vasto eventualmente se conocieron –como el cierre de un círculo gigante. Miré
hacia arriba, como si de alguna manera entendiera a los cielos. El universo,
mundos más allá de los números, la tapicería de plata de dios se extendió a
través de la noche. Y en ese momento, supe la respuesta al enigma del infinito.
Pensaba en términos de la dimensión limitada del hombre. Yo había sobrepasado a
la naturaleza. Esa existencia empieza y termina en la concepción del hombre, no
la de la naturaleza. Y sentí mi cuerpo disminuyendo, derritiéndose, volviéndose
nada. Mis miedos se desvanecieron. Y en su lugar vino la aceptación. Toda esta
vasta majestuosidad de creación, tenía que significar ago. Y entonces yo
significaba algo también. Sí, más pequeño que el más pequeño, significaba algo,
también. Para dios no hay cero. Yo ¡todavía existo!”.
En
la década del cincuenta surgió un furor en el cine (debido a que es una arte
que cambia con los tiempos, épocas y contextos y expresa muy bien lo que se
vive en lugar determinado y en una época determinada), hablamos del cine de
ciencia ficción, que se elevaba en lo alto y tomaba posesión de la atención de
cineastas y espectadores. El miedo a una guerra nuclear, la aparente confrontación
inminente entre La Unión Soviética y Estados Unidos, dio como resultado una
serie de películas, que se centraban en las mutaciones, los ataques a la
tierra, las invasiones alienígenas, los insectos gigantes (asesinos y
destructores). Esto se dio tanto en el cine comercial como – y sobre todo – en el
de la serie B, el pensamiento de todos estaba en forma de metáfora en lo que se
veía en cine. Muchas de las tramas se repetían hasta el cansancio, en ocasiones
era una tarántula gigante, en otras un cangrejo gigante; pero el estilo y los
personajes tenían que sufrir lo mismo. Por lo que joyas como The Incredible Shrinking Man (El Increíble
Hombre Menguante) brillan por ser más originales, jugar con muchos de los
elementos vistos en estás películas, pero yendo más allá, con un argumento más
atrapante y llamativo.
El
argumento se centra en Scott (Grant Williams), un hombre común y corriente,
casado y que vive una vida normal, hasta que en un viaje en un crucero, una
extraña niebla aparece y le cambia la vida, causándole un efecto que lo hace
volverse cada vez más pequeño y sin una solución aparente. A medida que su
tamaño disminuye, los problemas incrementarán, cuando las cosas insignificantes
para alguien más, se vuelven trampas mortales para él.
Jack
Arnold es el responsable de llevar a cabo esta excelente película, una de los
clásicos de la época en que las cintas de ciencia ficción reinaron el panorama
cinematográfico. Arnold contribuyó con varias películas en esta década, entre
ellas se destacan It Came From Outer
Space de 1953 basada en una historia de Ray Bradbury, Tarantula de 1955 y la que en este caso compete, la cual es su obra
máxima y es una de las mejores películas de ciencia ficción. El sobresaliente
realizador murió en el año 1992, dejando sus invaluables aportes para el género
y con una decente trayectoria cinematográfica.
El
guion está escrito por un genio de la ciencia ficción, un hombre con un talento
innato para contar historias asombrosas, fantásticas y repletas de imaginación
y creatividad, se trata de Richard Matheson, el cual adapta su propia novela
para la película. Matheson es recordado por sus guiones de las cintas que Roger
Corman dirigió sobre los cuentos de Edgar Allan Poe, junto a Vincent Price; por
haber escrito varios capítulos de series como The Twilight Zone (La Dimensión Desconocida), Star Trek, Outer Limits o
Amazing Stories; por escribir las
novelas que inspiraron por ejemplo, las películas Last Man on Earth de 1964 u Omega
Man de 1971, ambas basadas en su novela I
am Legend (soy leyenda) o también la cinta What Dreams May Come de 1998 (Más Allá de los Sueños), Stir for Echoes (Ecos Mortales) de 1999,
The Box de 2006 o Real Steel de 2011; o por haber escrito
el guion también de la recordada Duel
de Steven Spielberg de 1971. Ese historial hace posible inferir la capacidad de
Matheson, quien con El Increíble Hombre
Menguante, logra una historia fascinante, con uno de los mejores finales de
la historia del cine. El final de la película es sorprendente, en el sentido de
afectar de forma directa al espectador e incluso provocarle miedo, ya que es
una situación que deja pensando, reflexionando y la verdad llega a impactar como
si se tratara de un shock. Además del final, toda la película está acompañada
de diálogos estupendos e inteligentes, que refuerzan las sensaciones que va
experimentando el personaje principal, que muestran su frustración, su miedo y
los cuales logran llegarle al espectador, haciéndole vivir lo que él vive de
forma cercana y directa. El diálogo del soliloquio final, no fue escrito por
Matheson, fue añadido luego por Jack Arnold y es la conclusión perfecta para la
historia, con el mismo tono que lo escrito hasta ese momento por Matheson y
siendo igual de inminente que las imágenes que se ven. El escritor tenía
pensado escribir una secuela, llamada The
Incredible Shrinking Woman, contando con el personaje de la esposa de
“Scott”, pero fue un proyecto que se desechó por el estudio.
A
su vez las situaciones presentadas, con relación a lo que podría llegar a
suceder cuando se tiene ese tamaño tan pequeño, son planteadas obteniendo el
máximo de emoción, entretenimiento y suspenso para el espectador, contando con
una buena puesta en escena y con unos muy excelentes efectos especiales, para
simular los objetos y distintos elementos que se debían de ver grandes, así
como las sobreimpresiones para dar el efecto de que “Scott” interactúa con ese
nuevo mundo. Y es que el argumento muestra a la vez lo que le pasa a él de
forma que llama la atención y con un tono pesimista y melancólico (con toda
razón), ya que es inimaginable pasar por un situación así (especialmente con el
final, donde ya no hay esperanza. “Scott” seguirá disminuyendo, pasando al el
olvido y la soledad, solo quedándole la
aceptación y la resignación de lo que le sucede).
Es
una historia sencilla, pero que tiene mucho más de lo que aparentemente es. Sus
diálogos, las situaciones y los sentimientos expresados por los personajes, son
profundos y críticos, especialmente en una forma existencial. Y es que no
muchas veces se encuentra un argumento o una puesta en escena sobre ciencia
ficción, donde no allá cabos sueltos o sin que se exageren elementos que
resulten inverosímiles para el espectador, pero en este caso la película, a
pesar de lo sencilla, logra una identificación, empatía, verosimilitud tal, que
trasciende y logra transgredir a la persona que la está viendo; por lo que
además no es una película que se olvide fácilmente. Arnold logra esto, con el
argumento, la puesta en escena y un buen trabajo con los actores, que realizan
desempeños importantes y que exhiben brillantemente los padecimientos y miedos
de sus personajes, especialmente el actor principal y en quien se centra la
trama. Grant Williams expresa con soltura todas las cuestiones filosóficas que
pasan por la mente de “Scott” a medida que se hace más pequeño, con un uso de
la Voz en Off además bien utilizado,
algo que es muy difícil de lograr.
El
trabajo visual sin duda sobresale, además de la edición y los efectos, se nota
que hubo mucha planeación en cuanto a qué planos se debían de hacer,
precisamente para lograr los efectos que se logran. Por todo esto, el filme
resulta, para la época en que se estrenó y realizó, una obra innovadora,
original y única (también debido a que no se presenta un final feliz ni
esperanzador). De las múltiples secuencias y escenas interesantes que cabe
mencionar, por ejemplo, está la de la lucha contra la tarántula “gigante” (una
secuencia muy bien lograda y llena de suspenso), la secuencia de la casa de
muñecas y el gato que se quiere comer a “Scott”, como si se tratase de un ratón
(de esta secuencia surge una imagen icónica en el cine, del gato acechando a
“Scott” por una de las ventanas de la casa de muñecas) y también la secuencia
cuando “Scott” trata de conseguir como sea, algo de comida, teniendo que pasar
por muchos y distintos obstáculos. La cinta tuvo una especie de homenaje,
basada en la historia original, en 1985 y dirigida por Joel Schumacher llamada The Incredible Shrinking Woman (retomando
el título propuesto por Matheson), luego de que John Landis no pudiera
dirigirla, pero no logra superar a la original, ni mantiene la atmosfera y
estilo de la cinta de 1957. Además se está preparando una nueva versión/remake
de la misma en el 2015, que seguro tendrá muchos efectos especiales, pero es
muy difícil que logren tan buenos resultados en cuanto a los personajes y la
trama.
El Increíble Hombre
Menguante es una de
“las películas que hay que ver antes de morir”, una obra que invita al
espectador a pensar, que lo entretiene y sorprende al mismo tiempo; un trabajo
redondo y completo, que resulta siendo mucho más de lo que aparenta (no es solo
otra película del montón, otra película de ciencia ficción de los cincuentas) y
sin duda, los espectadores, pero sobre todo los cinéfilos, nunca se olvidarán
de “Scott”, quienes saben que seguirá disminuyendo toda su vida y nadie más se
dará cuenta de ello.
Tráiler
- No creo en las propinas... Pero sí en el cine - Ash
Director:
Tim Burton Guion: Tim
Burton Productor:
Rick Heinrichs Actor:
Vincent Price Dirección
de Fotografía: Victor Abdalov Año:
1982 País:
Estados Unidos imdb: http://www.imdb.com/title/tt0084868/reference
Vincent
Price (en off): “Allí viviría con los horrores que ha inventado, y vagaría por
los oscuros pasillos solo y atormentado”
El
cortometraje Vincent
es dirigido por el famoso director estadounidense Tim Burton, el cual alcanzó
una fama impresionante debido a su particular estilo, un estilo que lo
caracteriza y se basa en lo gótico, lo sombrío, en los homenajes al cine de
terror clásico, en la muerte y en los personajes marginados y atrapados en ese
tipo de mundos, como el mismo lo estuvo en su infancia. Pero en los últimos
años, el director ha venido dando muestras de una especie de deterioro en sus
trabajos, un deterioro que se deja notar en obras mucho más comerciales que sus
primeros trabajos y que resultan ser largometrajes menores en su carrera.
Aunque a pesar de que no es muy constante en sus obras, no hay que olvidar sus
películas sobresalientes y sus cortometrajes, como en el caso de Frankenweenie
(de la que acaba de realizar una versión animada y en un formato distinto) y su
primer cortometraje en Stop Motion, Vincent.
El
creativo realizador comenzó trabajando para Disney, pero debido a que su visión
era según la empresa, algo oscura y distinta de lo acostumbrado en los trabajos
de Disney, no tuvo una oportunidad. Algo que resulta un poco extraño, es que en
la actualidad el director trabaje en algunas ocasiones para Disney, una empresa
que no lo apoyó al principio de su carrera y con la que ha venido mostrando
esos desempeños tan poco sobresalientes de los que se estaba hablando. Pero a
pesar de todo, Burton consiguió realizar su primer obra, un cortometraje de animación,
donde el protagonista es un niño, un niño que es una especie de alter ego, de
una versión del propio director y que se centra en la imaginación, la forma en
cómo este niño ve al mundo. El cortometraje muestra de forma acertada el mundo
que se imagina el niño (Vincent), siendo a su vez, todo un homenaje al actor
americano Vincent Price, uno de los actores favoritos del realizador y que pone
su voz en el cortometraje.
El
argumento cuenta la historia de “Vincent”, un niño que se imagina
constantemente un mundo sombrío y tétrico, únicamente cuando se encuentra solo.
Se cree que es el actor Vincent Price, le gusta sentir que vive en una
atmósfera gótica, con murciélagos y sombras, en la que convirtió a su perro en
zombie y disfruta de su soledad, además de leer cuentos de terror y pintar.
Sin
duda es una animación excelente, de la que se nota el cuidado extremo en cada
detalle y que resulta ser (como en el caso de cualquier animación en Stop
Motion) un trabajo producto del esfuerzo, de la dedicación y de paciencia. En
ese entonces, el realizador no contaba con
presupuestos altos, por lo que además la animación resultó ser un recurso muy
útil para poder expresar todo lo que quería, además de forma creativa. Por
supuesto la animación también sirve para poder crear ese mundo imaginario que
rodea la mente de “Vincent”. Todo apoyado en un excelente guion, del que se
nota que fue realizado con una pasión y un gusto extremo que tiene como único
protagonista a “Vincent”, razón por la cual a los adultos no se les ve sus
rostros nunca.
Para
reforzar la intención del realizador, de su visión del mundo, también recurre
al blanco y negro, que tiene mucho que ver con el cine clásico y con un estilo
serio, oscuro y un poco distinto a las obras de animación convencionales hasta
ese momento. Además el trabajo de fotografía, sobresale tambiénel
diseño de arte, el cual plantea unos escenarios propios del expresionismo
alemán, de las películas de la Hammer y de ese carácter clásico que contiene la
obra. Además están las referencias a sus posteriores trabajos, como el perro
que tiene “Vincent”de mascota y que se imagina asesinándolo
y convertiéndolo en zombie (referencia a Frankenweenie)
o la calavera que aparece fugazmente en el mundo oscuro del personaje (similar
al “Jack” de The Nighmare
Before Christmas – Pesadilla antes de Navidad / El Extrano Mundo de Jack).
La
narración es otro elemento muy importante, ya que acompaña de forma acertada a
la imagen, a los dos mundos en los que vive el protagonista y con la particular
voz del mítico actor de terror. Además es una narración que se hace en versos,
con una rima muy planeada y correcta. Además Vincent Price expresó una gran
gratitud a Tim Burton, afirmando que el corto era la “inmortalidad”, que era
mejor que una estrella en Hollywood Boulevard.
El
cortometraje tiene ese carácter melancólico y triste, el protagonista al final
termina atormentado por ese mundo que creó, que se imagina o que tal vez se
volvió real, provocando la locura a “Vincent”. Por supuesto, el homenaje
también es al autor Edgar Allan Poe, especialmente a su obra “The Raven” (El Cuervo),
algo que se nota en la forma como acaba el cortometraje.
Sin
duda, Vincent
resulta ser un obra excelente, con la que se vive y se siente una
identificación con el personaje muy cercana y que es toda una celebración de lo
gótico, del terror, de la oscuridad y del cine mismo.
Corto:
- No Creo en las propinas... pero sí en el cine - Ash
Ficha Técnica Dirección: Michel Gondry Guion: Michel Gondry Producción: George Bermann Dirección de Fotografía: Jean-Louis Bompoint Actores: Gael García Bernal, Charlotte Gainsbourg País: Francia - Italia Año: 2006 Género: Drama, Comedia Imdb: http://www.imdb.com/title/tt0354899/reference
Cierra los ojos. Abre el corazón
Stéphane:
“En los sueños las emociones son
abrumadoras”.
El
director francés Michel Gondry vuelve a adentrarse en la mente humana para uno
de sus argumentos cinematográficos, pero en lugar de tratar el tema de los
recuerdos (“Eternal Sunshine Of The
Spotless Mind”), se involucra esta vez con los sueños. Un tema que sirve a
la perfección para que el realizador deje volar su imaginación y experimente
con sus trucos visuales, las animaciones y demás elementos estéticos y narrativos
por los que se destaca y es reconocido. También toca de nuevo el tema de las
relaciones de pareja, solo que en este caso en particular, es de una pareja que
apenas se conoce y ni siquiera llegan a tener una relación afectiva establecida.
El
argumento se centra en “Stéphane” (Gael García Bernal), el cual viaja a Francia
a vivir con su madre, luego de la muerte de su padre en México. En el
apartamento de su madre, la casera del lugar, conoce por accidente (literal) a
“Stéphanie” (Charlotte Gainsbourg), con la que no siente atracción al
principio, pero a medida que la conoce se va enamorando de ella y viceversa.
Pero, “Stéphane” sufre de una condición que le dificulta saber qué es realidad
y qué es un sueño, por lo que vive en su mente constantemente, en el mundo de
los sueños. Esto impedirá que se pueda relacionar con “Stéphanie” y termine
mezclando los dos mundos, el de su mente y el real.
El
director realiza un trabajo prolijo, su toque personal se nota en cada detalle
de la película y además el trabajo con los actores es efectivo, debido a que
logra compenetrarlos y hace que se adapten al mundo que creó. Su creatividad
está por doquier, aportándole al mismo personaje principal un poco de si, para
generar su personalidad. Gondry en cada trabajo deja su marca, no solo
creativa, sino personal, ya que en muchas de sus obras, basa sus personajes y
las situaciones que le suceden en su experiencia personal, sirviendo como en el
caso de Woody Allen, para rencontrarse con los traumas y experiencias pasadas,
que lo marcaron y que están constantemente presentes en su mente. Es así, como
por ejemplo, utiliza algo de su infancia, que lo marcó y que recuerda con
claridad. Una noche cuando era niño, permanentemente soñaba con que sus manos
eran enormes, por lo que se despertaba exaltado, siendo algo que lo atormentaba
al mismo tiempo (una escena de la película, muestra a “Stéphane” soñando con
sus manos grandes, luego se muestra una especie de recuerdo en la que es niño y
se despierta asustado con las manos de gran tamaño). Desde pequeño, el
realizador tuvo una personalidad tímida, experimentando situaciones que
influyeron en su forma de ser, por lo que para locación del filme se utilizó la casa donde el propio director
vivió en su juventud. Entonces, Gondry utiliza elementos de su imaginación y de
su vida para crear el mundo que se ve en pantalla, donde lo visual toma vital
importancia para la narración y todo resulta ser una especie de terapia para
él, ya que revive sus experiencias y reconstruye sus recuerdos, solo que
siempre, en función del argumento.
También
el realizador toma de sus trabajos en el formato del video musical algunos
aspectos, como del video de Foo Fighters “Everlong”,
donde aparece la rememoración de las manos gigantes; o como el video de Lucas, “Lucas with The Lid Off“, donde aparece
el cantante subiendo un piano por unas escaleras (en la película esto aparece
cuando “Stéphane” conoce a “Stephanie”, cuando el piano de ella que estaban
subiendo por unas escalas, cae y él sale lastimado).Y por supuesto, además de volver a tratar la
mente humana, de su anterior película, toma algo prestado también, el hecho de
que “Stéphane” hable con el recuerdo o la imagen que tiene de “Stephanie” en su
mente (que no es la real) y ella intente persuadirlo de cómo debe hablarle en
la vida real, es algo similar a cuando “Clementine” dialogaba con “Joel” en su
mente, siendo solo un recuerdo de ella.
El
guion resulta ser bastante interesante, contando una historia original y que
engancha al espectador de inmediato. Los personajes están bien estructurados,
manteniendo múltiples detalles de sus personalidades y mostrando sus formas de
ser de manera verosímil y acertada. La idea del argumento le llegó a Gondry
cuando Sam Mounier, cuando tenía diez años, le narró un cuento para dormir una
noche, desde ahí comenzó a escribir el guion de inmediato. Cada personaje tiene
una forma de ser particular, elementos que los definen y que los diferencian al
mismo tiempo de los otros, por ejemplo con el personaje de “Guy”, el cual
resulta molesto a la vista, debido a su forma de ser alocada, irritante y
extrovertida. Esta es una película en las que el final queda abierto y cada
quien saca sus interpretaciones, algo más en común con su anterior
largometraje. En un momento del filme, el personaje central habla sobre el
“azar paralelo sincronizado”, lo cual explica como un evento trascendental en
la vida de una persona, puede ocurrir en cualquier instante, cuando alguien
menos se lo espera y en una situación que puede aparentemente ser rutinaria o
común. Ese azar hace parte también de la forma en que se configuran los sueños,
por lo que son una mezcla de elementos complejos que se experimentaron en el
día. De este modo el guion resulta ser complejo en su configuración, tratando
de una manera eficiente el aspecto psicológico de “Stéphane”, pero mostrando de
forma creativa sus problemas y su relación con las demás personas, así como su
incapacidad de establecer una relación con una mujer (algo que puede resultar
muy autobiográfico por parte del director, ya que por ejemplo utiliza el mismo
nombre para su personaje en la película y para el niño desu cortometraje “La Lettre”, la cual se basa
en la infancia socialmente tormentosa de Gondry).
“Stéphane”
deja ver en sus sueños sus deseos y pasiones, lo que quiere conseguir (por
ejemplo que acepten su calendario, “la desastrología” o poderle decir a “Stéphanie“
lo que siente). Solo que cuando soñaba, si lo hace consiguiendo que aceptaran su
calendario, pero con ella no fue posible, ya que en sus sueños, la relación
entre los dos tampoco se mostró de forma clara, solo hacia el final cuando
cabalgan juntos. Él es un personaje que no es capaz de decirle lo que siente a
ella, muestra una inseguridad tremenda y por eso, ella no muestra un interés
evidente en frente de él, sino que espera que simplemente puedan hablar sobre
ello. La mezcla entre sus pensamientos, su subconsciente y la realidad, no
permiten que “Stéphane” pueda actuar como quiere hacerlo, por ese motivo su
relación con “Stephanie” no logra compenetrarse. La idea de mostrar la mente
consciente de “Stéphane”, como una especie de previo a los sueños, es muy bien
utilizada por el director, ya que sirve para reflejar lo que está viviendo el
personaje y lo que piensa cuando está con los demás. Así mismo, la recursividad
para mostrar lo que sucede en la mente, es muy imaginativa (los ojos son las
ventanas o en una pantalla azul donde se utiliza un chroma, se representa los sueños de él). En ese preconsciente, el
espacio “televisivo” donde “Stéphane” dice lo que piensa realmente, hay un
momento donde se explica cómo se generan los sueños, algo que el director ya
había explicado en su documental “I’ve Been
Twelve Forever” y es que una persona toma múltiples elementos de los que
vivió en el día, los mezcla con los deseos más intensos que tiene en ese
momento y con los objetos o personas que vio ese mismo día, por lo que el
recurso de adentrarse en lo que sueña cada vez el personaje, para expresar lo
que vive y sufre es muy original.
El
final muestra a un “Stéphane” que habla sin desparpajo con “Stephanie”,
haciéndola sentir mal y comportándose frente a ella como no lo había hecho
antes. Algo que se cuenta esta vez, sin mostrar la mente del personaje, por lo que
cabe la duda de si él siempre se comportó así o es debido a la alteración que
está sufriendo, porque anteriormente todo se contaba desde su perspectiva y en
ese momento el espectador lo observa junto con ella, por lo que cuando la
historia termina es más fácil pensar que una relación entre los dos está más
lejos de darse que al revés.
La
parte estética y visual del filme es inmejorable, la forma en que Gondry
utiliza las animaciones (especialmente el Stop Motion) para poder mostrar lo
que sueña el personaje, hace posible que sea verosímil y que pueda ser creíble
el mundo que se forma cuando se sueña. Los mismos personajes muestran ese amor
de Gondry por la recursividad y la expresión de la creatividad, ya que “Stéphane”
dibuja y también expresa que quiere ser inventor (como en el caso de propio
director cuando era joven) o “Stephanie” que realiza múltiples manualidades y
entre los dos intentan crear un Stop Motion. La maquina del tiempo que solo
viaja un segundo al pasado o al futuro, las gafas para ver 3D en la vida real o
la idea de un bosque en un bote, hacen parte del mundo creado por el director,
haciendo que sea un mundo llamativo y que atrapa de inmediato al espectador.
Las actuaciones van de la
mano con lo sobresaliente de la historia y la dirección. Gael García hace un
muy buen papel, mostrando lo que sufre su personaje, esa esquizofrenia o
alteración que vive en su mente y que se mezcla con la realidad. El actor deja
notar esa impotencia que vive “Stéphane” y se mete en el rol de lleno, por lo
que sus expresiones exageradas en los sueños, resultan efectivas, y la
personalidad que muestra en sociedad, cuando está con otra persona (una
personalidad tímida) logra ser creíble. Además el actor entra en la producción,
luego de que Rhys Ifans (el cual ya había trabajado con el director en “Human
Nature”) no pudiera estar en ella, sin embargo hay un agradecimiento en los
créditos, ya que Rhys aportó ideas en el guion y de hecho fue el que le dio el
nombre a la película. Charlotte Gainsbourg también hace un muy buen desempeño,
su interpretación muestra de forma adecuada la frustración que experimenta su
personaje por saber si realmente él siente algo por ella. Alain Chabat “Guy”,
transmite de forma eficaz al espectador su forma de ser, lo cual incide de
inmediato en que sea un personaje que cae mal, pero que es claro en lo que
piensa y en su personalidad.
“La Ciencia de los
Sueños” está dentro
de las mejores películas de Michel Gondry (a pesar de que tiene pocas), por lo
que resulta un filme atrapante, original, y que deja múltiples interpretaciones
de lo que pudo haber sucedido cuando termina, con un final abierto y que deja
al espectador reflexionando. Sin duda es una de las mejores películas
independientes, junto con su antecesora, de los últimos años.
Trailer
- No Creo en las propinas... pero sí en el cine - Ash
Título:
Asalto a la Comisaria 13 Director:
John Carpenter Guion: John
Carpenter Productor:
J. Stein Kaplan Actores:
Darwin Joston, Austin Stoker, Laurie Zimmer, Charles Cyphers Dirección
de Fotografía: Douglas Knapp Edición:
John T. Chance (John Carpenter) Año: 1976 País:
Estados Unidos
Captain
Collins: “Ya no hay héroes, solo gente que sigue órdenes”
Napoleón:
“No puedes discutir con un hombre confiado”
Desde
su primera película, John Carpenter ya mostraba indicios de tener un talento
innato para el cine y lo demostró con creces en la segunda. Es así, que Asalto a la Comisaria 13 resulta ser una
obra de culto, que a pesar de contar con un increíble poco presupuesto, logra
resultados sorprendentes, que son posibles solamente gracias al director
estadounidense. Y es que esa capacidad de Carpenter fue notada por algunos
inversores, que al ver Dark Star de
1974, quisieron financiar su segunda película, dejando que hiciera lo que el
director quisiera (algo muy extraño, pero sin duda un acierto total), y la
verdad, no los decepcionó, ya que se trata de una de sus mejores obras
cinematográficas y todo un clásico del cine.
La
película cuenta el argumento de “Ethan Bishop” (Austin Stoker), un policía de
Los Angeles, al que se le asigna el encargo de la comisaria 9 del distrito 13
(es particular que el nombre de la película sea equivocado, ya que la acción no
transcurre en la comisaria 13), comisaria que está a punto de cerrar, debido a
que será trasladada de dirección, por lo que no quedan guardias, casi ninguna
arma, ni personal de la policía en el lugar. Al mismo tiempo, un prisionero,
“Napoleon Wilson” (Darwin Joston), uno de los criminales más peligrosos y
custodiados, es trasladado hacia otra prisión para ser ejecutado en la silla
eléctrica, pero en el bus en el que lo transportan hay un prisionero enfermo,
por lo que deben parar en la comisaria 9. Mientras tanto, en la ciudad hay una
pandilla, de la que hacen parte una gran cantidad de delincuentes, que se
divierten por la ciudad asesinando indiscriminadamente a su gusto, en una de
esas muertes, el padre de una niña asesinada por ellos, decide vengarse, hecho
por el cual lo terminaran persiguiendo hasta la comisaria 9, lugar al que llega
buscando auxilio. Es así, que todos los personajes adentro de la comisaria
deben de resistir a los ataques de la enorme y peligrosa pandilla, mientras
nadie en el vecindario se percata de ello.
Como
la mayoría de largometrajes de Carpenter, Asalto
a la Comisaría 13 logra permanecer en la memoria del espectador y es capaz
de convertirlo en un fanático de su cine, ya que el director posee un estilo
muy marcado, que impresiona y que enamora. El realizador como es costumbre,
refleja una recursividad tremenda y logra que el bajo presupuesto pase
desapercibido o que por lo menos, sea algo que no tiene relevancia, debido al
argumento, a la puesta en escena, a su trabajo con los actores, a sus
composiciones musicales y a su dedicación y pasión por sacar adelante la
película. Por ejemplo, el talento del realizador se demuestra en que él quería
grabar un Western, pero como el presupuesto no alcanzaba para recrear esa
época, plantó el argumento en la ciudad, siendo una especie de Western moderno
e influenciado por su director de cine favorito, Howard Hawks y su película Rio Bravo de 1959. Tiene sentido, que
este sea el filme en el que más se divirtió John Carpenter en su carrera.
El
guion es brillante, a pesar de la similitud con la mencionada Rio Bravo, plantea situaciones únicas y
que mantienen la atención del espectador hasta el final. El argumento cuenta
con secuencias muy bien estructuradas, con situaciones que se van mostrando de
forma fluida y de forma magistral, ya que se muestran tres situaciones
distintas, que al parecer no tienen como encontrarse (especialmente por la de
la pandilla y el padre de la niña), pero que construyen un relato fenomenal.
Cuando dichas situaciones planteadas se encuentran, la tensión dramática va
subiendo y toda la atención se centra en la comisaria y lo que sucede allí. El
relato además cuenta brillantemente lo que deben vivir los personajes
encerrados en la comisaria, al enfrentarse a una cantidad de personas que los
superan en número, pero que luchan por sobrevivir utilizando el trabajo en
equipo y superando cada obstáculo que aparece. Además, los personajes son muy
carismáticos y particulares, muy del estilo de Carpenter, destacándose por
encima de todos, “Napoleón”. El personaje es sin duda otro de los míticos de las
películas del realizador, como en el caso de “Snake Plissken”, solo que no
tiene tanto reconocimiento como se merece. Es un personaje que tiene un estilo
que impacta, es un antihéroe y es protagonista (algo que llama la atención,
pero se disfruta al máximo), pero logra crear identificación instantánea con el
espectador, porque se sabe ganar ese derecho, con unos diálogos brillantes, con
una personalidad muy bien pensada y con la ayuda de la actuación de Darwin
Joston. Ese personaje tan interesante, está basado a su vez en otro, el de “Harmónica”
(Charles Bronson) en la película C'era una volta il West (Once Upon a Time in the West / Erase
una Vez en el Oeste / Hasta que Llegó su Hora de 1968, dirigida por Sergio Leone), ya que hay
algunas frases que dice “Napoleón” que son similares a las que salen en la
película de Leone. Además, la relación de “Napoleón” con “Ethan” tiene un tratamiento
muy bien desarrollado, ya que al inicio se plantea una especie de choque entre
los dos (debido a la oposición natural de sus roles de policía y prisionero),
pero luego esa relación se va fortaleciendo y logran compenetrarse eficazmente.
La interacción de “Napoleón” con los demás personajes está muy bien construida,
destacándose también la que tiene con el personaje de “Leigh”, ya que en ella
encuentra una conexión extraña pero cercana, ya que ella tiene una personalidad
similar a la de él. También cabe mencionar, la destreza del guion para hacer
que los prisioneros en la comisaria deban ser liberados y se tenga que recurrir
a su ayuda para poder pensar en sobrevivir, un elemento que llama mucho la
atención y muestra a su vez, de forma más profunda, las personalidades de los
prisioneros, especialmente de “Napoleón”. Otra referencia directa de la trama
de la cinta, es la película de George A. Romero Night of the Living Dead (La Noche de los Muertos Vivientes de 1968),
pero en lugar de Zombis, se pasa a los pandilleros, que también parecen
totalmente deshumanizados. Sin duda, las secuencia adentro de la comisaria están
excelentemente construidas, secuencias llenas de acción y tensión, con un argumento
que además, posee un relato y una situación mítica, por lo que la película
llegó a tener un remake en 2005, dirigido por Jean-Francois Richet, el cual es
interesantey sobresaliente, aunque no
logra llegar al mismo nivel de la original.
Como
es común con Carpenter, las actuaciones se destacan, debido a que él también
sabe escoger muy bien a sus actores, así no sean reconocidos. Darwin Joston era
el vecino de Carpenter en esa época, razón por la cual tuvo un fácil acceso a
la cinta, logrando destacar a su personaje y darle un estilo impactante. Se
trata de un papel que resuelve de forma acertada el actor, mostrando que el
personaje lamenta lo sucedido en el pasado (en el que asesinó a varias
personas, aunque no se explica cómo ni por qué), y reflejando además, que el
personaje tiene su lado bueno. Austin Stoker hace un buen trabajo, su papel
refleja a un hombre serio, responsable y que sabe manejar las situaciones
difíciles y que ocurren de imprevisto de forma correcta. Y Laurie Zimmer se
destaca impresionantemente, ya que su desempeño es único. Su actuación en la película
posee una inexpresividad y una dureza que es extraña en un personaje femenino,
y es que se trata de un personaje que no se ríe, que es rudo y la actriz logra
transmitir esa sensación de forma correcta al espectador. La actriz no estuvo
para nada contenta con su trabajo actoral, pero Carpenter tenía la razón, ya
que él sí estuvo muy conforme con ella. También
está la presencia de Charles Cyphers, que hace su primera contribución con el
director, haciendo un buen papel, instigando a “Napoleón”, aunque su personaje
muere pronto dentro del argumento.
La fotografía es fenomenal,
cada plano está acorde y en armonía con la importancia del filme y el trabajo
visual de ese modo, resulta ser sobresaliente. Se destaca el desenvolvimiento
de Carpenter y el director de fotografía Douglas Knapp, mostrando la ciudad al
inicio de la película, ya que en compañía de una edición excelente, logran
mostrar las tres situaciones que suceden al tiempo sin perder el ritmo y sin
que la atención decaiga en ningún momento. Claro está, la escena en que
asesinan a la niña, llama mucho la atención y sobresale porque es de hecho, una
de las pocas películas en el mundo que muestra directamente y sin censura, la
muerte en pantalla de un niño. Cada una de las escenas dentro de la comisaria
cuando empieza el enfrentamiento y la resistencia, son brillantes. Por ejemplo
también, la escena del final, cuando los personajes se defienden con una tabla,
para cubrirse de los ataques de la pandilla, en medio de un pasillo en el que
la tabla ajusta casi perfectamente y sirve como escudo.
Es
emocionante y es de hecho las imágenes que erizan la piel, cuando se
empiezaa ver la película y se escucha
esa melodía, esa canción que impacta y
se queda en la mente del espectador para siempre. Claro está, la música es muy
importante en el filme y logra trascender para ser una de las mejores
compuestas por Carpenter y una de las que mejor acompaña las imágenes de una
película suya. Es así que las canciones parecen otro personaje más, que está
presente durante todo el metraje y que ayuda a que la película alcance un alto
nivel.
Asalto a la Comisaria
13 es una excelente
película, que vale la pena ver múltiples veces sin que llegue a cansar, ya que
se trata de una obra brillante, que aún hoy no ha perdido su importancia y que
sin duda, sigue impresionando a las personas que la ven. Esta es otra más de
las películas clásicas y míticas del director, que cuenta con uno de los
mejores argumentos del cine, siendo una de las mejores películas de los setenta
y del cine en general.
Tráiler
- No Creo en las propinas... pero sí en el cine - Ash
Megan: “hasta hoy creías que había una línea entre el mito y la realidad. Puede que fuera una línea delgada algunas veces, pero al menos había una línea. ¡Esas cosas afuera son reales! Si ellos son reales, ¿qué más es real? Ahora sabes qué es lo que vive en las sombras. Nunca tendrás una noche de sueño mientras sigas vivo”
En
el cine de terroractual no hay una buena cantidad de películas que sobresalgan
de manera significativa, ya que en su mayoría, utilizan los mismos recursos de
siempre o simplemente resultan ser obras menores. Pero hay algunos directores
jóvenes que están haciendo un buen trabajo, recordando el tipo de largometrajes
de terror que se hacía en épocas anteriores y que reivindican la importancia
del género para el cine y para los cinéfilos. Es así que por ejemplo Ti West,
James Wan o incluso Darren Lynn Bousman, intentan realizar filmes innovadores,
pero que conservan esa magia del pasado, como en el caso también de Neil Marshall, que
con su ópera prima, mostró una gran película y uno de los mejores largometrajes
acerca de Hombres Lobo.
La
película cuenta el argumento de un grupo de soldados, que son llevados a un
bosque lejos de la civilización para un entrenamiento de guerra. Pronto
descubren que se trata de algo más, que lo que sucede allí es algo serio y que
se deben enfrentar a ello. Un grupo de licántropos perseguirá a los soldados,
que son ayudados por una extraña mujer, por lo que se encierran en la única
casa que hay alrededor para intentar resistir el ataque de las bestias.
Neil
Marshall hace un debut cinematográfico perfecto, con una película que cualquier
aspirante a director quisiera haber dirigido y que demuestra toda su capacidad
para el cine, ya que además de la dirección, escribe el guion y se encarga de
la edición. El realizador británico realiza una película de Hombres Lobo que
surge de las muchas que hay, para alcanzar lo más alto, al lado de la mítica An Amercian Werewolf in
London (un Hombre Lobo Americano en Londres) de John Landis
de 1981 o Silver Bullet
(Bala de Plata) de Daniel Attias de 1985. El realizador dirige
muy bien a sus actores y lleva a la pantalla de forma acertada el guion, con
una puesta en escena brillante, creando una atmósfera perfecta y manejando los
ritmos del argumento de forma excelente.
El
guion está estructurado de forma sobresaliente, con unos diálogos precisos y
correctos, con secuencias únicas y muy bien desarrolladas y con personajes bien
construidos y que llevan el peso de la trama de forma adecuada. Las secuencias
del inicio de la película, donde se conoce a los personajes y que sirven a su
vez como una introducción, están brillantemente utilizadas, ya que predicen de
alguna forma lo que está por ocurrir. Primero está la secuencia, donde “Cooper”
(Kevin McKidd) está buscando entrar a las Fuerzas Especiales, que dirige el
capitán “Ryan” (Lian Cunningham), uno de los tantos antagonistas del filme
(junto con los Hombres Lobo y Megan); recibe órdenes de matar a un perro y no
lo hace, esto provoca que “Ryan” no lo tenga en cuenta para la selección de su
equipo y comience un resentimiento hacía el soldado. Es una secuencia que muestra
desde el comienzo el aspecto psicológico de “Cooper” y su forma de ser, así
como la de “Ryan”, que es totalmente distinta a la suya, además de que la
presencia del perro predice lo que se viene en la trama. Otra secuencia es la
de la conversación de los soldados en la fogata, es una importante secuencia
porque sus diálogos tienen que ver con sus miedos y con la muerte, algo que sin
duda también tiene mucho que ver con lo que sucede después (el baño de sangre
que están por sufrir) y que es como una especie de introducción a la siguiente
parte de la película. El guion se va estructurando de forma ascendente, con el
nivel de tensión y un ritmo dramático que va in
crescendo también, a medida
que pasa el metraje. También los personajes resultan ser perfectos para la
trama y cada uno tiene su importancia para la misma. El espectador se
identifica de inmediato con ellos, incluso con los antagonistas y hasta con los
mismos Hombres Lobo. Cada uno tiene su propia personalidad, distinta a su modo
y muy particular, algo que los hace diferenciar de inmediato. Además, dentro
del guion, hay otro elemento que es muy importante y es que hay pequeños
detalles dentro del argumento, que hacen denotar un guion bien escrito
(redondo), por ejemplo con el abrecartas que sale en la parte inicial de la película,
con la pareja que es asesinada en la tienda de acampar; ya que hacia el final
del filme vuelve a salir el objeto (hay simetría con base en él), por lo que
además, tiene sentido la escena inicial (no solo sirve como gancho para el
espectador, sino que toma mayor relevancia para el argumento). Otro detalle es
el del reloj, porque al inicio “Spoon” (Darren Morfitt) se olvida de llevar su
reloj al entrenamiento, entonces el Sargento “Wells” (Sean Pertwee) le presta
el suyo y de ese modo se reconoce hacia el final de la película que “Spoon”
está muerto. Algo que también es muy importante en la película es que los
protagonistas tienen muchos obstáculos en su camino, por lo que deben de pasar
por múltiples peripecias para conseguir su objetivo, que es sobrevivir. Los
obstáculos son los antagonistas, que son varios en el filme y cada uno cumple
un papel importante para que no se consiga el objetivo, además del instinto asesino
de los Hombres Lobo, de la actitud de “Ryan”, está la forma como “Megan” juga
con los soldados, haciendo que se vayan sacrificando y aconsejándolos
equivocadamente de forma intencional, hasta que se destapa su verdadera
identidad y sus intenciones, con un giro dramático bien utilizado, acabando con
la posible historia de amor que el espectador pensaba que se iba a dar. Y claro
está, a lo largo del argumento de notan muchos guiños o referencias a elementos
que el realizador quiso agregar, como el nombre del sargento (Harry G. Wells)
que recibe su nombre gracias al escritor H. G. Wells (uno de los favoritos del
director). También está la referencia a Star
Trek en la escena del chip en la radio, algunos elementos
similares a la película Zulu
de Cy Endfield de 1964 y a la película The
Evil Dead de Sam Raimi de 1981, ya que uno de los personajes
de Dog Soldiers,
se llama “Bruce Campbell” (actor protagonista de la cinta de Raimi), se nota de
esta forma la influencia de este clásico de terror, además también en la propia
trama de la película, que ocurre en una cabaña en el bosque. Otra referencia
que se podría notar, tiene que ver también con la trama y es las similitudes
con la película Night of The
Living Dead (La Noche de los Muertos Vivientes) de George A.
Romero de 1968, pero en lugar de Zombies, se pasa a Hombres Lobo. Aun así, con
las muchas referencias que tiene, la película resulta ser muy original y es un
aporte importante para el cine de terror, el cine de Hombres Lobo y al cine en
general.
El
trabajo visual y de fotografía es estupendo, ya que se crea una ambiente
perfecto para una película de terror, además que se cuenta con locaciones que
fueron muy bien escogidas y el director hace unos movimientos de cámara que se
desenvuelven muy bien por ellas, utilizando de forma inteligente el espacio que
tienen a sus disposición. Hay múltiples escenas que se pueden destacar, por
ejemplo muchas de las muertes que suceden, son planeadas y en compañía de unos
muy buenos efectos especiales, logran ser unas muertes excelentes y dignas de
un filme de terror, con mucho gore. También está la visión o punto de vista de
los Hombres Lobo, que a diferencia de muchas películas, es acertada, ya que
muchas veces se recurre a mostrar una visión demasiado extraña, por ejemplo con
usos de visión térmica o que no deja ver con claridad; pero en este caso se
utiliza un blanco y negro que funciona muy bien y que aún si es sencillo,
consigue dar una sensación eficaz. También claro está, la escena de las tripas
de “Wells”, que son unidas y adheridas con un pegante, elemento que llama mucho
la atención, por el que se recordará la película, además resulta muy
interesante, debido a que el actor Sean Pertwee, realmente estaba ebrio en dicha
escena. Y por supuesto, todo el segmento desde que los soldados entran a la
casa, es totalmente brillante, cada escena se puede destacar, cada diálogo y
cada situación que se presenta con los personajes.
Siguiendo
con los efectos, a pesar de que se contaba con un bajo presupuesto (al ser una
película independiente), se logra un resultado excepcional. La sangre y los
órganos se ven creíbles y acompañan muy bien las muertes y mutilaciones que se
utilizan. Además los Hombres lobo resultan ser de los mejores del cine, Hombres
Lobo que caminan en dos patas (como en la seminalThe
Wolf Man de George Waggner de 1941) y que tienen un estilo
impactante. Sin duda se trata, de unos Hombres Lobo que son dignos rivales de
los soldados. Se celebra que se haya recurrido en su mayoría al uso de efectos especiales
reales, es decir, maquillaje, Hombres Lobos construidos para la película con
vestuario y animatronics para que no se pensara tanto en los efectos digitales.
Algo
muy importante, es que al ser un reparto que en su mayoría resulta desconocido
para el espectador, se provoca que no hayan predisposiciones frente a sus
desempeños y sigue siendo igual de eficaz el resultado. Primero está el actor
Kevin Mckidd, que hace un papel excelente (gracias también a lo bien escrito
que está su personaje), mostrando con acierto la manera de ser de “Cooper”, su
dedicación, su moral intachable y su capacidad de liderazgo. Incluso se muestra
su resentimiento hacia las mujeres, confirmándolo cuando ocurre el giro
dramático en el argumento y evidenciando parte de su pasado (la historia antes
de lo que sucede en pantalla o los antecedentes que son muy importantes en la
construcción de personajes). También es algo irónico que el personaje de
“Cooper” defienda a los animales, particularmente a los perros y se vea
obligado a asesinar Hombres Lobo. Otro actor que hace un magnifico desempeño es
Sean Pertwee como el sargento “Wells”, que es una especie de maestro y amigo de
“Cooper”, como no lo fue “Ryan” y que es además un buen líder del grupo de
soldados. El actor logra imprimir a su personaje seriedad a la vez de un humor
elegante y sobre todo, un respeto muy alto, que se supo ganar de sus hombres.
Lian Cunningham también se destaca como el antagonista de la película,
reflejando de forma eficiente un malestar que siente el espectador por la forma
de ser de su personaje. Además el resto del reparto, que es poco, también hacen
trabajos formidables, creando una conexión, cada uno a su manera, con el
espectador y exhibiendo detalles que construyen de forma acertada las
personalidades de sus personajes.
La película tendrá
próximamente una secuela en el 2014, aunque se espera con expectativa, es muy
difícil que logra tener el mismo nivel de la primera, además porque no la
dirige el mismo realizador. Muchos eligen a la segunda película de Neil
Marshall (The Descent
–El Descenso-de 2005) como su mejor cinta hasta la fecha,
aunque realmente es también una excelente película, Dog Soldiers sobresale de entre toda su
filmografía (que es poca) y permanece aún en lo más alto, siendo realmente su mejor
largometraje, un filme que resulta ser uno de los mejores de terror de los
últimos años y que refleja que se pueden realizar películas de género de
calidad.
Tráiler
- No Creo en las propinas... pero sí en el cine- Ash
"Vas a ladrar todo el día perrito, o vas a morder?"