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lunes, 20 de enero de 2014

4. Bottle


Ficha Técnica

Título Original: Bottle
Dirección: Kirsten Lepore
Guion: Kirsten Lepore
Dirección de Fotografía: Kirsten Lepore
País: Estados Unidos
Año: 2011

IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1680060/reference






Kirsten Lepore ha venido creando su propio éxito desde hace algunos años en su país de origen Estados Unidos, se ha abierto el camino gracias a sus trabajos en la animación, particularmente en el Stop Motion. Debido a la cantidad de obras que ahora ha generado, ha sido reconocida con diferentes premios y trabaja para distintas marcas, sin dejar de lado su estilo de hacer los productos audiovisuales y que la ha llevado hasta ese reconocimiento. Dentro de su trabajo, se destacan algunos cortometrajes, y de esos proyectos sobresale sin lugar a dudas Bottle, del año 2011.  Sus obras poseen mucha carga de creatividad, un perfeccionamiento en la técnica de animación que hace parte de su estilo y resultan productos muy llamativos e interesantes, que brillan por sí solos.

Bottle narra el argumento de dos personajes, dos seres hechos de arena y nieve, respectivamente, los cuales se comunican a través del océano, enviándose mensajes, objetos, o distintos elementos por medio de una botella, que los hace interactuar entre si y querer encontrarse.

En muchas ocasiones un producto audiovisual, sea cual sea, resulta mucho mejor confeccionado, más atrapante y llamativo, cuando deja de lado las salidas fáciles; el simple hecho de no tener que recurrir al diálogo (sonidos sí), es motivo para que una obra tome mucho más valor del que pueda poseer. Al no tener diálogos, salen a relucir las ideas, el ingenio y la recursividad de contar o narrar solamente con imágenes, con acciones; algo que resulta mucho más sencillo, más no simple, en los cortometrajes. Y es que este cortometraje en particular puede parecer muy simple, especialmente si solo se conoce su sinopsis, pero su magia radica en su visionado, en dejarse llevar por esas imágenes que no requieren decirnos nada con palabras, sino que nos habla, nos comunica, nos llega solo con lo que vemos ante nuestros ojos.

Además de ser un recurso mucho más creativo, bello si se quiere, el hecho de no recurrir a la voz, también es un aspecto que ayuda a la facilidad de hacer una obra audiovisual, ya que no hay necesidad de contratar o grabar voces (actores) y eso es algo que puede aportar a la disminución de costos. Por lo que los sonidos toman vital importancia, a la par de las imágenes, y así el trabajo de Bottle en cuanto al Foley y el diseño sonoro es excepcional. Se recrea de forma correcta cada ambiente, cada sensación, en últimas, para que eso aporte también a lo que experimenta el espectador cuando ve el corto, y viva cierta identificación desde lo que oye.

Pero, son las imágenes las que tienen todo el poder de empatía, de hacer sentir emociones en la persona que está viendo; algo que desde el guion, escrito también por Lepore, logra ser otro de los puntos positivos del cortometraje. El argumento solo muestra dos personajes, dos seres (que podría ser una representación de hombre y mujer, o cualquier combinación que surja; o ninguno de ellos –por lo que no resulta evidente en lo que se ve-) que no se conocen, pero se logran comunicar el uno con el otro, tienen el medio para hacerlo. Una botella aparece en sus “vidas” y sirve como elemento que une a dos seres (por eso el título del corto); con el que se crea además esa especie de chat (sin ser tan impersonal como cualquier chat), que al principio funciona como cualquier otro, comunicando a dos seres que están lejos geográficamente, pero que al final resulta la excusa para quererse conocer en persona. Los personajes no se conocen al principio, pero empiezan a crear su propia conexión, incluso su propia identidad, cuando se mandan objetos que hacen parte de su ambiente (respectivamente). Entonces se comienza a crear como una especie de historia de amor, logrando identificación con el espectador (no solo por el recurso técnico), debido a lo interesante de esos personajes, esos seres que tienen una forma humanoide, que no hablan, pero logran transmitir sensaciones.
 
 

Ese guion atrapa y convence de inmediato, y lo mejor de todo es el final, que puede parecer triste (ya que se puede pensar que nunca se llegaron a conocer realmente), pero que puede significar algo más (en una interpretación más romántica), que cuando el ser de arena y el de nieve deciden encontrarse en el fondo del océano y se disuelven, terminan fundiéndose, siendo un solo ser y permanecerán juntos. Y en compañía con la forma en que la realizadora decidió contar esa historia, el guion resulta ser algo complementario y eso se ve reflejado en una destacable puesta en escena, trabajo de planos y de edición. Las elipsis van aumentando, al principio el corto se toma su tiempo para mostrar que uno de los personajes encuentra la botella, que saca lo que hay dentro, que empaca algo y la vuelve a enviar; luego los planos van siendo más rápidos, esa edición se vuelve dinámica y paulatinamente se aceleran las acciones que se repiten (de mandar y enviar elementos distintos). Y desde la edición también están los créditos o títulos del cortometraje, que de forma acertada simulan el movimiento del agua en el océano.

Y teniendo en cuenta esas elipsis narrativas, también hay otras que se utilizan muy bien, que ocurren con el tiempo que se demora en llegar la botella a cada polo; ya que obviamente eso llevaría de cierto tiempo, pero esa posible espera se evita. Aunque hay una ocasión donde ese aspecto no resulta tan bien utilizado o que va en contra del argumento, ya que hacia el final, cuando el ser de arena envía sus dibujos no podría saber en qué momento debían de bajar al fondo del mar. Entonces ninguno sabría con exactitud el instante preciso para encontrarse, aunque es un detalle que resulta siendo insignificante (al igual que ocurre con las almejas, que no tenían un tamaño para que cupieran en la botella).

Fue una decisión muy arriesgada a la vez que interesante, la de hacer una animación con elementos naturales y recursos del exterior; por lo que es un cortometraje que también llega a ser algo diferente y hasta innovador, con aspectos que no son tan controlables como en un estudio o trabajando con miniaturas (con excepción de la secuencia final, cuando los dos seres se sumergen para encontrarse, donde Kirsten usó una pecera para simular el fondo del océano y las dos orillas opuestas). La directora se las ingenia para cuidar cada detalle, o valerse de la recursividad para mostrar distinto elementos, como cuando cierra los planos de la botella, y solo se ve el fondo de la misma, para no recurrir a la animación de los personajes introduciendo los objetos (solo se muestra que caen).

Kirsten deja notar que es una obra que necesitó mucho esfuerzo para su realización (como casi con cualquier Stop Motion), especialmente, teniendo en cuenta que las locaciones fueron en el exterior, en dos climas distintos y con cambios de luz fuertes y continuos. El corto Making Of que se puede encontrar muy fácilmente en línea, deja ver esa dedicación que tuvo la realizadora, quien entre otras cosas, es la total responsable de sus obras y en particular de esta, ya que ella sola se encarga de hacer todo (dirección, guion, cámara, edición, sonido, etc.) El resultado final de Bottle, deja muy buenas sensaciones, y es que ese esfuerzo de Kirsten refleja un trabajo bien hecho, donde no son tan contundentes los detalles que evidencian que se trata de un Stop Motion (pisadas, cambios de luz, etc.); solo que al ser en el exterior, es mucho más complicado que no se note cualquier cambio cuando se graba en una playa, con arena y mar  o en la nieve (ya que por ejemplo ella pisaba para acercarse a seguir con la animación, se devolvía en las mismas pisadas y las trataba de borrar).

Kirten Lepore es una realizadora ingeniosa y creativa, sus trabajos se pueden encontrar fácilmente y de hecho posee una página donde se pueden ver: kirtenlepore.com. Bottle es uno de sus mejores trabajos y resulta ser un cortometraje bello, que transmite buenas distintas emociones significativas y que llega a impactar; desde el buen uso del recurso técnico, la originalidad y desde el argumento.
 
Cortometraje
 
- No creo en las propinas... pero sí en el cine - Ash
"He cruzado océanos de tiempo para encontrarte"
 
 

miércoles, 15 de enero de 2014

21. Wild at Heart / Corazón Salvaje



Ficha Técnica

Título Original: Wild at Heart
Título: Corazón Salvaje
Dirección: David Lynch
Guion: David Lynch
Producción: Steve Golin, Monty Montgomery, Sigurjon Sighvatsson
Dirección de Fotografía: Frederick Elmes
Dirección de Arte: Patricia Norris
Montaje: Duwayne Dunham
Música: Angelo Baladamenti
Intérpretes: Nicolas Cage, Laura Dern, Diane Ladd, Harry Dean Stanton, Willem Dafoe, Sheryl Lee, Sheryl Fynn
País: Estados Unidos
Año: 1990

IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0100935/reference




Lula: “Todo este mundo es salvaje en el corazón y extraño en la cabeza
Lula: “Ese Johnnie es un detective inteligente, ¿sabes cuán inteligente?"
Sailor: "¿Cuán?"
Lula: “Él me dijo una vez que puede encontrar un hombre honesto en Washington
 
 Sailor: “¡Esta es mi chaqueta de piel de serpiente! Y para mí es un símbolo de mi individualidad, y mis creencia… en mi libertad personal
Bruja Buena: “No le des la espalda al amor, Sailor”.
Bobby Perú: “Canta, no llores
 
 

Con Blue Velvet (Terciopelo Azul) de 1986, David Lynch encontraría de nuevo su camino, reafirmaría su estilo y dejaría de lado las malas sensaciones que le provocó la realización de Dune de 1984; dando paso a Wild at Heart (Corazón Salvaje) cinta que está más emparentada y cercana al estilo de Blue Velvet, Lost Highway de 1997 o Mullholland Drive de 2001 que a sus primeros trabajos, sin perder muchas características vistas en ellos también. La película fue todo un éxito en su estreno de 1990, ganando incluso la Palma de Oro en el festival de Cannes de ese año presidido por Bernardo Bertolucci, a pesar de que no es la mejor película del realizador, está inmiscuida en el corazón de sus más fieles seguidores.

El argumento se centra en la pareja compuesta por “Sailor” (Nicolás Cage) y “Lula” (Laura Dern), quienes parten en un viaje en auto de huida y reconocimiento por Estados Unidos, perseguidos por un asesino contratado por la madre de ella y en medio de un amor idílico y que los une fuertemente, en una historia que tiene lugar en un tiempo largo y prolongado para sus personajes y sus intenciones. La madre de “Lula”, intentará entonces a toda costa separarlos y que su hija se quede a su lado.

Lynch narra una historia lineal, entendible fácilmente dentro de lo que se ve por la superficie, pero que posee una carga significativa en las acciones de sus protagonistas, en elementos simbólicos como el fuego o en aspectos surreales que el realizador sabe mezclar muy bien con lo cotidiano. Como el propio Lynch afirma, debajo de la historia superficial que se cuenta en un producto audiovisual, debe haber elementos subconscientes, compuestos de significados no necesariamente entendibles o explicativos y que aportan a reforzar esa historia con mucha profundidad. El realizador se basa en sus experiencias cuando era niño y adolescente, cuando debía mudarse contantemente y donde conoció Estados Unidos de forma muy cercana, para crear esta Road Movie personal, acelerada, exagerada y violenta.

El guion escrito por el propio Lynch, basado en el libro de Barry Gifford, posee a su vez toda una serie de contenidos metafóricos y de un trasfondo que va más allá de cada personaje o situación planteada. Primero que todo, están las referencias continuas a la película de 1939 The Wizard of Oz (El Mago de Oz) de Victor Fleming (y George Cukor, Mervyn LeRoy, Norman Taurog y King Vidor –sin crédito en ella-) y que soportan también la misma trama que se cuenta en Corazón Salvaje como si fuera una versión bizarra del clásico infantil, donde pareciera que en lugar de que la historia se centrara en un sueño (En el Mago de Oz por parte del personaje de “Dorothy”), en este caso se mutara a una pesadilla. Dentro de dichas referencias se puede encontrar entonces: La bola de cristal que aparece en plano cerrado, donde una mano (de bruja) acaricia ese elemento visualizador, observando dos veces (una al principio y otra hacia el final de la película) lo que está sucediendo con la pareja protagonista, siendo una indicación de que la madre de “Lula” llamada “Marietta” (Diane Ladd) es quien está vigilándolos, en apología a la “Malvada bruja del Oeste”;  cuando “Marietta” se pinta con el pintalabios de rojo, también es un recordatorio de la apariencia de la “Bruja de Oeste”, aunque en ese caso era de verde; “Lula” constantemente ve la imagen de dicha bruja volando en su escoba, personificada con la imagen de “Marietta”; el perro que menciona el personaje que interpreta Jack Nance, es referencia a “Toto”, el perro de “Dorothy”; cuando “Lula” menciona que ambos se salieron del camino amarillo (referencia al camino de ladrillos amarillos) y posteriormente “Sailor” dice que quiere corregir lo sucedido y volver al camino, resulta un elemento que indica los deseos que tienen ambos (primero ella y luego él) de mejorar, de cambiar y corregir sus vidas; cuando “Lula” acaba de pasar una experiencia traumática con “Bobby” (Willem Dafoe), se golpea los tacones (como lo hacía “Dorothy” al final de la película) como queriendo que nada de lo que está viviendo hubiese sucedido, con un deseo profundo y arrollador de alejarse de esa pesadilla en la que se encuentra, pero a diferencia de El Mago de Oz, cuando los choca no pasa nada (algo más cercano a la realidad);  de la canción icónica “Over the Rainbow” que cantaba Judy Garland, hay una indicación a ella cuando “Lula” dice (de nuevo con deseos de querer cambiar todo) que quiere estar del otro lado del arcoíris, expresando frustración  con lo que siente; cuando ambos personajes hablan sobre el primo de “Lula”, “Sailor” le dice a ella que él debió haber ido donde el “Mago de Oz” para que le diera algunos consejos, ella responde: ”lástima que no todos podemos hacerlo, bebé”; cuando “Sailor” y “Lula” llegan a Big Tuna, él se refiere al lugar como “no es ciudad esmeralda” (la ciudad en la que vive el “Mago de Oz”); la “Bruja Buena” también aparece en Corazón Salvaje, personificada por Sheryl Lee y ayudándole en una visión a “Sailor” para que “no le dé la espalda al amor”; los zapatos puntiagudos que lleva en una escena el personaje de “Marietta”, son similares a los que lleva la bruja que aplasta “Dorothy” cuando llega a Oz; en su parecido a la “Bruja del Oeste”, el hecho de que “Marietta” envíe dos personajes distintos a por su hija y su novio, son elemento similar a cuando la bruja manda a los monos con alas a tratar de impedir que los protagonistas logren sus objetivos y se salgan con la suya; y, al final cuando “Lula” le echa líquido a la fotografía de “Marietta”, ella se empieza a derretir, es vencida como la “Bruja del Oeste”. Es así, que la base de esa reminiscencia a la película de 1939, radica en los deseos de mejorar y madurar, de seguir por un camino recto (que es un objetivo difícil de lograr para los protagonistas y deben sufrir mucho para llegar a él), en busca de llegar a una vida mejor, sin perder nunca el sentimiento de amor en medio del mal, el cual los acecha y que se puede vencer precisamente con el amor.
 
 


Los significados de distintos elementos del guion, van en concordancia con lo que sucede con “Sailor” y “Lula”. El fuego está presente durante toda la película, ya sea en encendedores, fósforos, antorchas o incendios, algo que representa la intensidad de “Sailor”, el fuego que lleva por dentro y que lo hace comportarse de manera violenta; es además, un símbolo de un recuerdo tormentoso para “Lula”, ya que su padre murió quemado por queroseno; recuerdo que tiene que ver también con “Sailor” y que está presente en los créditos iniciales. Los colores son muy importantes para el cine de Lynch, son un personaje más, un elemento que expresa mucho y que en este caso hace referencia a lo que sienten los personajes. Dichos colores por ejemplo son utilizados en transiciones, propuestas desde la edición estratégicamente en las escenas de sexo y en la escena del “baile”;  prima claro está, el color rojo que se refiere al mismo tiempo a la agresividad y fuerza de “Sailor”, a la pasión y amor extremo que se tienen ambos personajes, a la sangre propia de los actos violentos e instintivos de “Sailor” y otros personajes y al labial con el que se pinta la cara “Marietta”, que no es parte de una transición en este caso, pero que se usa en un momento en que ella está arrepentida por lo que le hizo a “Johnnie” (Harry Dean Stanton), sabiendo que él está a punto de morir. En las transiciones aparecen también colores como el amarillo, el verde o el azul, que se refieren a la cantidad de sentimientos que va experimentando especialmente “Sailor”.  Hay dos ocasiones en las que aparecen accidentes de tránsito, y la primera de ellas surge de repente cuando “Sailor” y “Lula” van en su auto, momento clave en la película y que sirve como anticipación de lo que les puede pasar a ellos, de que empiecen a pensar (sobre todo “Lula”) en las consecuencias de lo que están haciendo y que la muerte sea un elemento cercano a ellos y que los puede separar. Ese “Fuck You” escrito atrás del letrero de Big Tuna, está dirigido, posiblemente a “Sailor”, que lleva a la perdición y a una especie de limbo (el pueblo) a “Lula”, quien sufrirá enormemente allí.

El realizador se inspira de “la cosa que está en el aire”, a la que se refiere como motivadora de ideas y escribe unos personajes únicos, que no desentonan con su estilo (por el contrario, ayudan a reafirmarlo) y son más que particulares. “Sailor” es un hombre instintivo, acelerado y que no toma buenas decisiones. El personaje va por la vida sin importarle las consecuencias y con una filosofía y unas creencias remarcadas e inobjetables; su relación amorosa parece hiperrealista, algo falsa o demasiado “perfecta”, pero es una relación que es lo único en su vida que resulta provechoso y que lo hará querer cambiar hacia el final.  Es un hombre que ama la música, especialmente a su ídolo Elvis (quien incide en la manera de moverse), donde surge como elemento narrativo la canción “Love me Tender”, que adquiere un nuevo significado en la película, representa el matrimonio, por lo que al final no es necesario que él se le declare de forma convencional o explícita a “Lula”, bastará solo con cantar dicha canción. “Sailor” mira en dos ocasiones a la cámara rompiendo la cuarta pared cuando está en la cárcel en las dos ocasiones (de forma curiosa, pasa más tiempo encerrado por robo que por asesinato), como lo hace en un momento “Marietta”, quizá sintiéndose observado por el espectador que le recrimina sus actos y él sabe que está pagando por ellos. En este personaje radica también lo bien estructurado que está el guion, ya que en él es que se nota la transformación o el arco, donde pasa de no importarle nada y ser un hombre violento y frio, a un padre y novio que descubre una “valiosa lección” referente a su vida y al amor; y en suma a los demás personajes, que son creados tridimensionalmente de forma estupenda. “Lula” es una mujer de apariencia tontarrona y estereotípica, que es bella y se enamora del sujeto equivocado; pero en el fondo posee unos pensamientos a la vez extraños y significativos, relaciones con el mundo que ella ve a su alrededor (como ese sentir ambientalista que posee y su preocupación con el futuro de la tierra), un mundo oscuro, tétrico y del que ella quiere huir o por lo menos, ignorar (escena de la radio en el auto). Su amor por “Sailor” es supremo, irreal, idílico y al final se da cuenta que no le trae cosas buenas. Ella tiene un trauma de cuando era pequeña, su tío la violó, y ese hecho la atormenta sin cesar, reapareciendo de forma cercana con el personaje de “Bobby” (uno de los personajes inolvidables del cine de Lynch, reminiscente al “Frank” de Blue Velvet).

Aparecen también, por supuesto, elementos surreales, que como ya se expresó, se mezclan con una historia y unas situaciones cotidianas, más reales. Lynch en múltiples ocasiones utiliza estos elementos como anticipación a lo que está por venir en la historia, aunque el significado de esos elementos son casi que imperceptibles y requerirían de una explicación, la cual el realizador no da nunca (y no es necesario); con excepción por ejemplo de Twin Peaks: Fire Walk with Me de 1992, película que continua la serie Twin Peaks y que muestra hacia el inicio a un personaje femenino y bizarro que aparece con movimientos extraños, que no habla y que por peculiar ocasión, el personaje de Kiefer Sutherland se encarga de descifrar, comenzando a explicar qué quiso decir con cada movimiento que hizo. En Corazón Salvaje aparecen personajes de ese tipo surreal, que interactúan con los personajes principales y secundarios y no queda mucha certeza de lo que representan o de lo que están tratando de anticipar para ellos; por ejemplo aparece una mujer moviendo las manos en un bar en el que está “Johnnie” y “Marietta” mientras el fondo en el que está se torna negro, o el hombre que se sienta junto a un personaje (interpretado por Freddie Jones) que tiene una voz aguda e infantil, también el extraño hombre que se acerca preguntando algo a “Lula” cuando han capturado por segunda vez a “Sailor” y que intenta hacerla reaccionar con golpes en el suelo y con sus manos; o el simple hecho de que “Sailor” comience a cantar en el “baile” o al final, interpretando dos canciones de Elvis, haciendo que todo lo demás “desaparezca”, centrándose en solo en ellos, donde el mundo a su alrededor se detiene.
 
 

Surgen entonces los aspectos recurrentes entre esta película y las demás obras del director, algo que hace parte de su marca personal y que está plagado de pequeños y grandes detalles. Elementos como el plano del auto, realizado poniendo la cámara en el mismo y encuadrando a los dos personajes y con las calles de fondo (que se puede ver por ejemplo en Blue Velvet); el plano cerrado del rostro (los ojos) de una mujer, visto por ejemplo en The Elephant Man con la mamá de “John Merrick” o en la “chica del radiador” de Eraserhead y que en este caso se centra en los ojos de “Lula”; la deformación y el interés y obsesión de Lynch por ella (“John Merrick”, “Bebé” en Eraserhead, Antagonista de Dune de 1984, entre muchos otros), se nota en la escena en que “Sailor” se mira su reflejo, que lo deforma y sirve para que él se dé cuenta de esa forma malévola que posee y que no lo ha llevado a tomar decisiones correctas, con lo que se empieza a arrepentir de todo; Y el hecho de que el personaje de “Sailor” se preocupe tanto por la música, es un elemento recurrente y propio de los personajes de Lynch, de él mismo y de su mundo narrativo, así como la presencia de un cantante en el reparto como ya sucediera con Sting en Dune, en esta ocasión aparece John Lurie (recordando sus apariciones en las cintas de Jim Jarmusch); la propia carretera es un elemento recurrente, visto en Blue Velvet y más importante aun en Lost Highway, con el uso de un plano además, en movimiento y que muestra las líneas pintadas en el asfalto; las cortinas se pueden notar en el bar en el que están “Marietta” y “Johnnie”, algo que  es reiterativo en muchas obras del realizador; el amor por la década del cincuenta de Lynch, que en la película se insinúa con la misma música, con el rock (que escucha por ejemplo “Johnnie” en su auto) o con el personaje que escucha radio en la gasolinera en la que se detienen “Sailor” y “Lula”; el sexo como elemento repetitivo, importante y obsesivo para sus personajes; y, los actores recurrentes, como Jack Nance, Freddie Jones, Isabella Rossellini o los que serán desde aquí  en mayor o menor medida, como Laura Dern, Sheryl Lee o Sherilyn Fenn.

Hay un una inmersión a un estilo de películas, además de la Road Movie, que se centran en una pareja romántica que tratan de escapar o están en un viaje, y uno de los dos o ambos están metidos en problemas, adentrados en una vida criminal; por lo que surgen referencias e influencias como: They Live by Night de Nicholas Ray de 1948, Bonnie and Clyde de Arthur Penn de 1967, Badlands de Terrence Mallick de 1973, y las posteriores Natural Born Killers (Asesinos Por Naturaleza) de Oliver Stone de 1994 o Sightseers de Ben Wheatley de 2012 (ver 24 Cuadros Por Segundo edición # 7).  Esos dos personajes que indican amor, se ven envueltos en un extraño contraste, donde además de ese sentimiento reflejan violencia, explícita y exagerada como el estilo mismo de la película (similar al que recurre el cine de los hermanos Coen), con un rimo narrativo acelerado, como lo expresa el propio Lynch cuando se refiere a la película: “todo está extrapolado, no hay balance, hay extremos”.

Las actuaciones son esenciales para el éxito de la película, y no solo es por los personajes, sino por el buen casting que realiza Lynch y su escogencia apropiada para cada personaje. Nicolas Cage estaba en un década que se mantiene como su mejor hasta el momento, en cuanto a desempeños actorales se trata, ya que fue en la que ganó un Oscar y participó en películas como Wild at Heart, de relevancia y en comparación bastante mejores que en la mayoría de las que participa en la actualidad. Su interpretación rebosa la sobre actuación intencionada, acorde con el mundo en el que viven sus personajes y el estilo visual que se maneja. Cage sugirió la idea de llevar su propia chaqueta (en homenaje a Marlon Brando en la película The Fugitive Kind de Sidney Lumet de 1960), la cual le dio después de la grabación a Laura Dern, debido a que los padres de ella actuaron en un montaje de la obra “Orpheus Descending” de la cual se adapta la película mencionada y que está escrita además por Tenesse Williams, familiar lejano de Dern. Laura Dern se convierte en una actriz fetiche para Lynch, cambiando drásticamente su personaje de Blue Velvet y mostrando correctamente el sufrimiento, la frustración, el amor y la impotencia de su personaje. Willem Dafoe, hace un personaje memorable, su trabajo se transmite al espectador y crea una conexión (más de odio, que de empatía) por la que no importa que aparezca corto tiempo en pantalla, sino que importa la marca que deja la presencia de su personaje. Diane Ladd, madre en la vida real de Laura Dern, impacta con su papel de “Marietta”, dejando un disgusto inmediato por su personaje y ejerciendo de una muy correcta antagonista, que expresa sufrimiento y odio profundo al tiempo.

La musicalización refuerza ese sentir exagerado y el ritmo agresivo y potente de las imágenes, y no es otro, sino Angelo Baladamenti (habitual desde Blue Velvet en los trabajos de Lynch) quien le da esa importancia a la música que utiliza (con canciones de rock, clásicas o incluso más fuertes –metal-), con una sensación también a los cincuentas (él también siente pasión por esa época como el director) y esas melodías se utilizan de manera shockeante, incluso poco convencional en ocasiones, en conjunto con las imágenes y la edición. Y es ese trabajo de montaje, que aporta el dinamismo y la rapidez de las situaciones; una edición que en ocasiones recurre al montaje paralelo entre determinadas secuencias, haciéndolo de forma magistral. La edición toma importancia también, debido a que aparecen variados flashbacks en la película, ya sean de anécdotas de los personajes o de hechos que los marcaron en el pasado. Todo en compañía de una fotografía prolija, estilizada y de la que se puede rescatar por ejemplo el paneo circular del final de la película, donde aparecen los créditos finales.

Corazón Salvaje entonces, posee una infinidad de detalles que la hacen sobresalir, aunque en conjunto no sea algo tan armónico, conteniendo variadas y distintas connotaciones que pueden surgir a partir de cada situación y provocan que esta película sea una de las importantes del cine de Lynch, con toques más modernos y teniendo como base el impacto sonoro, visual y metafórico que dejan sus personajes y sus actos, en medio de un mundo en deterioro, que es como Lynch ve el mundo real.
 
Trailer
 
- No creo en las propinas... pero si en el cine - Ash
 
"Un tipo puede tener todo lo que quiera, mientras
pague el precio"